martes, 1 de noviembre de 2011

Donde las hadas existen

Hay un bosque hacia el Norte que nunca pensé que existiera... La primera vez que me hablaron de él todavía era yo una chica del sur, aunque estaba cerca ya - sin saberlo - de caer bajo el embrujo de estas tierras del Norte.
Ya el nombre sonaba hechicero en mis oídos: AS FRAGAS DO EUME... y, curiosa como soy, me dejè llevar. Era finales de agosto y nos calzamos unas botas y el infalible impermeable de una tarde pre-otoñal. Dejamos el coche junto a un puente y la belleza del entorno, junto al sonido del río, nos dieron una màs que cordial bienvenida. Paso tras paso, robles, castaños, helechos de un tamaño insospechado y el constante rumor del agua nos envolvían con su frescor y su magia. A cada pisada se escuchaba vida entre en la espesura y llegó un momento en que -os lo juro- pensé que las hadas nos miraban agazapadas entre los arbustos... Llegados a la parte más alta del bosque, tras un buen rato caminando, con el corazón exhausto de tan verde generosidad, apareció ante nuestros ojos el increíblemente en pie San Xoán de Caaveiro. Se trata de un monasterio de estilo románico del S. XII que, dada su ubicación, te preguntas al verlo: ¿¿ ¿pero cómo se las arreglaron para hacer aquí un monasterio??? Aunque en mi fuero interno creo que entiendo bien sus motivos... Miras hacia abajo por la parte amurallada y ves bajo tus pies el desfiladero con el río al fondo y frente a ti otro muro verde de vegetación que te hace respirar toda la magia de este bosque. El río Eume, de unos cien kilómetros de longitud total, ha labrado en la mayor parte de su curso medio y final un profundo cañón.

Un bosque como todos soñamos: la espesura, las estaciones transformadas en colores, un río que conoce la aventura del salmón y busca la proximidad del mar para hacerse ría...Porque “fraga” significa bosque con árboles de diferentes especies. Robles y castaños acompañados de abedules y alisos, fresnos y tejos, avellanos y árboles frutales silvestres; y de los perennes, laureles, acebos y madroños. Y en el suave paseo de regreso, entre la enorme variedad de líquenes, musgo y helechos, tal vez si te fijas bien, las hadas existen.

(Nota: Fotos http://welcometogalicia.blogspot.com y http://www.tour-ebike.com).